Hace ya 5 años que escribo públicamente y puedo decirte algo:
la exposición nunca deja de ser difícil.
Con el tiempo, aprendí a leer a mi público, y usar esa lectura a mi favor sin dejar que influencie mis palabras.
Hoy, te quiero compartir mis herramientas:
🧐 Separo a mis diferentes públicos, y le designo a cada uno una intención. No soy de usar segmentaciones (por mucho que sirvan, según los expertos en marketing), pero sí cuido mis espacios y los entiendo como separados el uno del otro. En este newsletter, lo que busco es motivar a la gente a que se sume a mis propuestas. En mi newsletter personal, uso la sección gratuita para compartir mis vivencias alrededor de la escritura, y la sección paga para escribir textos más jugados y desafiarme como escritora. En mis talleres y mentorías, lo que busco es compartir mis saberes y empujar a mis alumnas a que se desafíen. Y en Instagram, cuando lo uso, hablo sobre todo de mi vínculo con esa red.
Hay, obviamente, una superposición de mis públicos, pero me cuido de que no haya superposición de mi material.
❌ No vengo a este newsletter a explorar textos personales.
❌ No le insisto a mis alumnos con que lean mi newsletter.
❌ No comparto en ninguna de mis plataformas digitales los consejos que sí comparto en mis salas de Zoom.
🧐 Mi intención existe antes que la del público. No pregunto a mis suscriptores qué quieren leer, ni subo poemas a Instagram porque así me lo piden mis seguidores. Primero me pregunto qué quiero yo, y después busco el mejor lugar donde exponerlo. Sí, es verdad que esto me lleva a "perder" una audiencia, pero me conecta con la audiencia que quiere eso que yo tengo ganas de escribir, y no algo que me siento en obligación de compartir.
🧐 Entiendo a mi audiencia como mutable, compleja y contradictoria. Hay gente que disfruta leer mis textos personales pero no quiere saber qué pienso de la escritura, hay gente que quiere saber qué pienso de la escritura y no necesita leer mis textos personales. Hay alumnos que prefieren no leerme, hay lectores fieles que jamás serán mis alumnos. No me corresponde convencer a alguien de que se comprometa con todas mis propuestas.
Esto es algo particularmente difícil de aplicar cuando los consejos del mainstream me recomiendan lo contrario: cómo convertir tu audiencia gratuita en una paga, cómo migrar a tus seguidores para que lean tu newsletter, cómo hacer que un alumno casual se comprometa a un programa intensivo, y los consejos siguen.
Lo que aprendí, en la práctica, es que no tengo que forzar a mi público, y aceptar que tienen intereses firmes.
📌 Hay gente que solo quiere leer un extracto cortito subido con una foto linda.
📌 Hay gente que solo quiere leer mis textos más poéticos.
📌 Hay gente que solo quiere aprender conmigo en un taller.
📌 Hay gente que solo quiere leer contenido como este esporádicamente y seguir con su vida.
Que alguien no elija todas mis propuestas no significa que no le dé valor a las que sí elige.
🧐 Una vez más, recuerdo que mi intención viene antes que la del público. Solo porque hay gente que quiere leer extractos cortos subidos con una foto linda no significa que tenga que ofrecer eso.
Si yo no lo siento, no se hace.
🧐 Dejo espacio para la locura ajena. Esto es algo nuevo en mi práctica, porque en estos 5 años no tuve muchos encuentros con gente desregulada, pero en los últimos meses vengo viendo personas que sí se toman a pecho mis decisiones. Me han reclamado el abandono de ciertos proyectos y me han insultado a mí y a mis propuestas después de interactuar con ellas durante años. Las primeras veces que pasó me sorprendió tanto que quedé varios días dándole vuelta al tema, pero hoy ya me encuentro preparada para esto. Bloquearé y seguiré mi vida, terapia mediante.
🧐 Recuerdo que yo soy mi propia vara. Esto se vuelve muy difícil cuando muchas de mis propuestas son públicas, pero hago el esfuerzo de sostenerlo. Yo soy mi propia vara, yo marco mis propias métricas.
💌 No me importa cuántos alumnos tiene mi taller, me importa la calidad del programa.
💌 No me importa cuánta gente se borra de esta lista, me importa desafiarme a ofrecer mi trabajo.
💌 No me importa cuánta gente abre mis newsletters, me importa escribir cada día mejor.
🧐 Elijo mi público preferido. Darle una cara a la gente que interactúa con mi trabajo me ayuda a seguir exponiéndolo. Sé quienes son los suscriptores que realmente apoyan mis procesos. Sé quienes son esas alumnas que eligen trabajar conmigo y acompañan mis nuevas ideas. Por esas personas sigo escribiendo, enseñando y mostrando lo que hago. Las personas que no eligen mi trabajo no valen más que las que sí.