Las tecnologías digitales están aportando diversidad a los trabajos realizados por artistas y estructuras culturales. Desde la creación a la difusión, pasando por la producción y la gestión, todas las áreas de actividad de las organizaciones artísticas están adoptando, de una u otra manera, las nuevas tecnologías digitales. Estas no solo facilitan los procesos de producción y de difusión clásicos de las artes, sino que también abren la puerta a nuevos modelos de negocio.
Un aspecto relevante del auge de las tecnologías digitales en la cultura se refiere a su impacto en la difusión y en la movilidad. En general, en las artes que se presentan en vivo: teatro, música y también exposiciones, y a diferencia de las que se presentan grabadas, el proceso de digitalización está siendo, en algunos aspectos, polémico entre la profesión del sector. A menudo se considera la singularidad de la representación en vivo, opuesta a la virtualización. Con todo, no deja de ser una polémica estéril que, desgraciadamente, relega las grandes posibilidades creativas, de acceso a la cultura y de desarrollo de nuevos modelos de negocio en las artes en vivo.